jueves, 17 de noviembre de 2011

 
 
Noches y noches sin dormir, siempre tuvimos los días contados Vimos muchas puestas de sol, 
amanecíamos siempre borrachos. Nunca decíamos adiós, nunca supimos que algo había empezado.
Me acuerdo de tus prontos, tus movidas, de tus idas y venidas, de tus fobias y tus filias... No sabes 
todo lo que me arrepiento cuando sueño que estoy dentro de tus piernas todavía. Puse rumbo a 
ningún lugar, todo este tiempo he estado tan perdido, amigo de la soledad, soy como un caminante sin 
camino. Todo acabó y fue tan fugaz, no terminamos lo que construímo. Ahora nos toca recordar que 
somos marionetas del destino. No fue lo que pudo ser, qué extraña esta forma de doler.

No hay comentarios:

Publicar un comentario