Te debo más de una luna.
Te debo las horas que no empeñé
en hacer buenas tus noches.
Te canto las risas que siempre
quisiste ver en mi cara
aunque es evidente
el vals triste que existe
bajo mis pestañas.
La vida empañada
dentro de la pena de la ducha
vacía del calor de tu olor
y el vapor de mis lágrimas
solas.
La pena ya no vale.
La vida empañada
y la marca de una mano
que cicatrizó en aquel cristal
tras empaparnos
de mentiras
y otras rutinas.
El vaho
como causante de nuestros nombres
escritos en un vidrio
doloroso y cruel
que fue después
del traspiés
de nuestra torpe
coincidencia.
Coincido con el sol
que te mira
y se sonroja al ver
que ya es hora de pensar
en ponerse
y esconderse tras las montañas
de mi cuerpo
de mi risa
en nuestra prisa.
Písame
los talones
que ya me duelen los pies
de tanto andar
por tu mente.
Haz que me lamente
de no ver al tiempo
cómo un reloj latente.
Láteme, amor.
Báteme las alas
la lengua
el acento.
Láteme
la parte izquierda
del pecho
de la cama.
Pumpum
Pum
Pum
Mátame, amor.
Mátame de amor.
Mátame el amor.
Amor:
dame vida.