miércoles, 26 de noviembre de 2014

Aunque no te conozca

Aunque no te conozca sin letras por medio.
Aunque me apartes la mirada y sea cierto que no puedes hacer otra cosa.
Aunque cierres la ventana y solamente puedas decirme un beso y conformarte con una boba.
Aunque sepamos un poco del amor.

Estás saliendo del cascarón y ni si quiera sabes que incubarte ha sido lo útil de dormir sobre muelles.
Estás mirándome desde el otro lado sin saber por qué sonrío y sin saber que lo sabes bien.

Que esta mañana no me importa si llueve aunque haga como que sí y tú sepas lo mismo que yo.
Que esta mañana me parece plan perfecto sonreírle a una pantalla como si me vieras y quisieras más.

Solamente sé imaginarte y ya te veo cerrar los ojos al fumar, reemplazándome por humo y otras muertes más acumulables que yo.
Y ya te veo haciéndome sonreír hasta cuando ni recuerdes que fui yo la que te salvó siete horas y a la que abandonaste por un paquete de tabaco, aunque sin saber.
Que fuiste tú quién me salvó del constipado y el chubasquero con un estribillo de tu voz y mucho más menos importante que eso.

Aun no te conozco y ya estamos perdiendo autobuses, ya ves, nos estamos conformando con poco y parece ser que esta vez no encontramos nada mejor que hacer.

sábado, 22 de noviembre de 2014

Protegeme de ti

Cuidame de tus "no te quiero"
Quitame todo lo que soy
Vuelve a matarme lento
Revíveme
Quitame la ropa
Y los miedos
Aunque todos seas tú.
Rompe los espejos que me vieron llorar más que tu.
Olvidate de mi
Despues de mi.
Secame las lágrimas y desaparece
Vuelve con mi vida
Devuelvemela.
Mirate desde aqui y sabras por qué.
Yo tampoco elegí esto.
Enseñame a vivir
fuera de ti.
Dile a mi espejo que no volverás
aunque a veces te vea
de lejos y mal.
Aprenderé a creer en alguien igual
sin tu nombre.
Puedo creer que has valido las palabras
la poesia
y todo lo que me pesa.
Decidiré el último poema que mereces
aunque no es este.
Vuelve a decirme que todo acaba bien, que esta vez seguro
que esta vez
no estoy sola.

viernes, 7 de noviembre de 2014

El te de las 5.

Me estoy poniendo tonta.
Triste.
Pesada.

Ya sabes; me estoy poniendo.

Y te estoy buscando lo suficientemente lejos como para no encontrarte en ningún lado pues has desaparecido hasta de dentro.

Te estoy buscando como a las llaves que pierdo cuando tengo prisa y poco tiempo. Aunque las llevo en la mano y joder, qué sonrisa más rara.
Dime ahora lo tonta que estoy cuando dudo y no te miro para que no me beses.
Dime ahora que deje de mirarte o te vas
como si pudieras dejarme un poco más.
Dime ahora qué hacemos si me voy y la vida sigue igual pero mejor conmigo y sin este intruso en el pecho.
Dime qué hago cuando escribo tu nombre en el vaho de la ventana.
Pregúntamelo.
Sonríeme.
Anda, olvídame un poquito más.
Como si fuera a quererte alguna "ella" que no soy yo y no te deje marchar.
Como si no supieras ya.
Como si todo fuera a ir bien desde el momento en que paramos de trepar lo nuestro y caemos.
Contéstame sin dejar de besarme:
¿Tú también hubieras desistido si te hubieran advertido? ¿Tú me hubieras querido?

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Una cama. Dos estantes. Siete paredes. Dos maletas. Un espejo. Una ventana.

La ilusión. El olvido. La soledad. El miedo. Yo. La esperanza.

Tierra llamándome y aquí sin nombre ni voz.
Tierra llamando y por aquí con mucho frío sin ti.

Red. Green. Blue. Pink. Black.

No sé cómo explicar que he perdido la cuenta de las veces que he deseado verte.
No puedo entender cómo sigue saliendo el sol y "Buenos días".

Cada día es una carta de suicidio dentro de una botella que todos ven medio llena.
Cada carta es una botella en un mar que más que peces lleva dudas tratando de sobrevivir.
Cada botella lleva tu nombre que es la palabra más difícil de mi vocabulario aunque la más bonita.
Los nombres son tristezas ajenas incurables que algún día fueron y serán destinos.

Cuánta pena.











Aunque no me veas.

Quiero decirte que hoy sí tengo miedo
y no tiempo
para los aviones.

Que me duelen tus nubes
como si fueran dudas
o soledades
y más si te quitan la sonrisa.

Que más que todo me hiere
el hecho del suicidio de las hojas
por ver
que nunca estarán a tu altura.

Hoy soy hoja.
Y ayer.
Y el otro.
Aunque la misma.

Hoy soy la que se arrastra por las aceras
mojada y pisada
y todo eso
que nunca desearías para ti.

Hoy no soy
y ese es mi mejor p(r)o(bl)ema.

Acaba de salirte el sol
"Venga, ven, que te hago un hueco"
y a volar sin parar
y a correr como si lo estuviera haciendo
a su lado.

Ahora soy avión
llena de ilusiones, miedo y falsa seguridad.
Avión contigo dentro
y volando por ti.

El viento te sopla las pestañas
como si deseara llenarte de sueños
como si quisiera hacerte más azul
más habitable
y menos yo.

Anda, entra, pasa
you're welcome
sit down
stay by me
cúrame.

Me huyen las palabras cuando trato de darte las razones por las que no me atrevo
a mirarte sin amarte o sin verte tal y como mereces
aunque sólo yo sepa.

Que eres el color más bonito del mundo
y todos miran al suelo
temiendo tropezar sin saber
que su mayor miedo
se encuentra dentro.

Sólo tengo siete paredes y me basta
una ventana
para olvidarme de que estoy en la habitación más fría
del mundo
si me devuelves la mirada.

No dejes de sonreír
no te escondas.

Tienes la mirada que más veces me ha enamorado
y mira que es difícil competir con la suya.
Mira que es difícil querer besar otros ojos
tener que olvidar otros ojos.

Eres el amor de mi vida.
Tienes la ilusión que me falta
lo triste que me sobra
y el amor que necesito.

martes, 4 de noviembre de 2014

Tiempo para pre-posicion-arte

No voy a
No necesito ante
Te quiero bajo

Todo cabe
Piensa con
Ponme contra

No hablemos de
Actuemos desde
Querámonos durante

Cree en

Imagínate entre
Yendo hacia
Quedándote hasta

No importa mediante

No te escribo para
Siempre es por
Aunque según
Pero hazlo sin

No te quedes so
Déjalo todo sobre
Ven tras

Déjame enseñarte cómo sí nos podemos entender.







viernes, 25 de abril de 2014

Versar(te) ya no es suficiente.

Déjame escribirte los versos
que no escribió Neruda
aquella noche.

Déjame decirte
ahora que no me escuchas
que pretendo encontrarte al filo del abismo,
allí donde escuecen más las horas,
para llevarte tan lejos
que no encuentres
ni los recuerdos.

Déjame rimarte con mis dudas,
bailarte el agua,
y si quieres
el cielo puede esperar.

No sé si tiemblas cuando lloro
si te ahorca el corazón
descubrir que mi llanto es mayor que mi pecho
cuando aparecen esas ganas de matar
los kilómetros a besos.

No sé dónde te escondes
cuando siento tu cuerpo
y tú hace tiempo que dejaste de estar.
Y mucho menos qué hacer cuando
te miro
y no eres tú quien me llena la vida de sueños.

Dormir sabe insípido
cuando abrir los ojos significa
querer cerrarlos para siempre.
Y no puedes ni imaginarte cuántos monstruos
tengo acumulados aquí dentro
desde que no estás.

Déjame decirte que el problema no son mis ganas
de mirarnos hacia delante,
son las tuyas de desgastarnos de reojo,
de esquivar la felicidad
con la necesidad de venderte
al dolor del ayer.

No me entiendo cuando pido
un poquito de tu daño
para sanar las heridas
que ya no caben en mis bolsillos
pero ven.
Tú eres demasiadas veces
naufragio y salvavidas
y yo ya no sé nadar entre dudas.

Ya no me quedan lágrimas
cuando en lugar de nosotros
somos solo

tú y yo.

domingo, 16 de febrero de 2014

A ti que cambiaste los estándares.

Cómo empezar si sé que no hubo principio, que fue una mirada la causante de este bucle perfecto.
Si parece mentira que tenga que venir el valor a estas horas a explicarme eso de las palabras que me trago al notar que me miras (tú ya sabes cómo); a contarme que esto no es, que me queda gritar o yo qué sé qué más; locuras que no consigo inventar por miedo.

Que yo conozco qué se siente al querer, y te prometo que esta vez no, no te hablaré de mariposas ni de estómagos, preferiré utilizar las palabras que no existen para hacerte entender lo que siento cada vez que nuestros ojos se besan.

No sabes la magia que creas cada vez que, involuntariamente, no evito el mirarte (y ya ves la contradicción que supone) y no sabemos hablar más allá de la sonrisa que creas, que no hace más que rebotar entre tus labios y los míos.

La distancia, dicen. La distancia la cuento en lágrimas cada vez que consigues que vuelva a casa con la sonrisa del que alcanza sus sueños y el corazón roto del que se le rompen entre las manos.
No sé si podrás entenderme. Pero sí sé que a veces te mueres tanto como yo por compartir ilusiones, o algo así me dice tu espalda las veces que es el mejor mirador al mundo, el mejor acantilado desde el que valdría la pena saltar.

Ya sé que te has perdido, no te preocupes.
Yo también lo hice en ese autobús y créeme, nunca volvió a entrar por mi ventana la luz que logró que nos miráramos de esta forma tan nuestra y tan de nadie.

Tal vez me he vuelto loca pero siento que la vida es demasiado parecida a todo lo que creas cuando no logras domar las mariposas (o lo que sea) que recorren el interior de lo que te atreviste a llamar octava maravilla sin pensar que algún día admitiríamos que solo somos el reflejo del uno en las ganas del otro.

viernes, 3 de enero de 2014

Cierra los ojos.

Empezaré diciendo que a estas horas no debería escribirte esto ni debería echarte de menos. El reloj marca las seis y media de la mañana y, tengo que admitir que esta noche he probado vino sólo por imaginarme cómo sabrían tus labios después de un sorbo. 

Hoy no he venido a decirte cosas bonitas, deberías saberlo antes de seguir leyendo. Llevamos toda la noche hablando sobre sexo y excesos y tú no has parado de colarte en mi cabeza. Has activado el punto exacto de mi imaginación y deberías parar justo aquí,

..antes de que yo intente activar la tuya. 

Siéndote sincera, no es extraño que me sigas provocando tal efecto. Dudo tanto que alguien pudiese resistir la tentación de tu cuerpo desnudo retorciéndose en el colchón... 

Ojalá te tuviera ahora mismo en mi cama. Ojalá volvieses a dejar tu olor en ella. Últimamente olvido demasiados detalles tuyos, deberías venir aunque solo fuera para acariciarme un rato. Yo te prometo que esta vez guardaré pedacitos de ti en cada cajón y recurriré a ellos mucho antes de volverte a echar de menos.

Ojalá te tuviera ahora mismo en frente. Me acercaría tan lentamente... Me acercaría hasta (casi) juntar mi lengua con la tuya. Inspiraría tu aire y te besaría sin rozarte los labios hasta que tú decidieras morder los míos.

Cierra los ojos y transpórtate a mi lado, es más fácil de lo que piensas.

Empezaría por el lóbulo de tu oreja dejando a mi lengua alcanzar tu tímpano mientras tú le clavas las uñas sin compasión a mi espalda. Bajaría lentamente por tu cuello y mis dedos jugarían a contar tus costillas. (Qué perfecto puede llegar a ser el cuerpo humano. Qué perfecto, cuando me dejas que te diga que el tuyo es el atlas que siempre he querido tener). Mi lengua dejará un rastro de saliva por tu esternón hasta conseguir que te erices por completo. 

Esta vez no tendré compasión de tus palabras. Seremos nuestro mayor pecado empezando por la gula y acabando por la mayor lujuria que jamás has conocido.

Te besaría, te mordería hasta sangrarte, bajaría y subiría susurrándote al oído tantas palabras como pudiera, buscando derretirte hasta inundarnos sin botes salvavidas. Deberías saber que tú y yo no los necesitamos. Que ya nos hemos ahogado suficiente. 

Ojalá te tuviera ahora mismo en frente. 

Saborearía cada centímetro de tu piel sin pausas ni descansos. Cuando salga el sol yo misma borraré las pruebas, no quedará un sólo rastro de ti cuando amanezca. Confía en mí, deja que te lo prometa.

Pero ahora.. mantén los ojos cerrados. 

Déjame deslizarme entre el sudor hasta llegar a tu ombligo, déjame grabar a fuego en mi mente cada poro de tu piel.

Deja de pensar y déjate llevar. Con amor y sin amor. Eso ahora da igual. 

Pero a ti, solo a ti. 

Porque esta noche deberíamos dejar a un lado las mentiras, las medias tintas. Deberíamos dejar de lado el drama que tanto nos destruye y deberías dejar todo esto en mis manos. Esta vez, seré yo quien sujete las tuyas inmovilizando lo que segundos después me cobraré como trofeo. 

Deja a mi lengua lamer tus heridas, te prometo que mañana no dolerán más de lo que hoy escuecen. Déjame deshidratarte pensando que estamos en el verano amargo y deja luego que sean mis labios los que te hidraten.

Déjame convencerte de que tú y yo no somos la mitad de ninguna historia. Déjame engañarme un rato aunque solo sea mientras tengo el lápiz en la mano. 

Déjame pensar, aunque sea a medias, 

...que esta noche tú también te dejarías llevar.