viernes, 6 de abril de 2012

Vivimos una pasión loca, habitaciones de hotel -su idea de romanticismo, decía, una cama distinta para cada encuentro, flores en los jarrones, "room service" por la mañana, las impecables sabanas arrugadas con nuestros juegos y el asalto a los barrios, cada noche uno distinto-, eramos turistas en nuestra propia ciudad. Hasta el día en que supe que en este torbellino no había ni una pizca de romanticismo: simplemente estaba casado. ¡La traición, cariño! Y sentirte ingenua, ¡como recién salida del huevo! Con aquel romance, Madi,  me convertí en charco, en alcantarilla... De algún modo, gracias a el, me enamore de tu padre. El amor verdadero: aquel que beneficia mas que perjudica.


Conozco la mirada en la que se rompe la tristeza cuando me ha hablado de ella.
¿Sabes? Ahora reconozco la desgracia con tanta facilidad...

Tu hermanita está bien. Ya había olvidado ese aroma de bebé. Seria tan feliz si tu pudieras notarlo también, extasiarte con nosotros ante tanta perfección. Me levanto Ella y Tú, respiro Ella y Tú, como Ella y Tú, y de la inmensa nada se construye una apariencia de realidad. Pero para tu padre...la pareja es un sistema de columpio, sentados uno frente al otro, siguiendo el contrapeso. Yo estoy mejor pero él se desmorona... catorce años atrás, cariño, el tiempo se remonta a lo largo de la cuna como un reloj invertido, destellos de memoria en los animalitos luminosos proyectados en las paredes, los despertares sudorosos en plena noche para comprobar que sigues ahí...que ella sigue ahí.
Él me ha sostenido durante estos tres años, y ahora me toca a mi. Pero al lado de él, no doy la talla. No soy una roca, cariño, soy tan poca cosa... Yo sedimento con demasiada lentitud y él se desmorona demasiado deprisa; no sé que hacer.

Tienes que volver, Madi. Oye mi plegaria, estés donde estés, no quiero volver a hacer girar mesas ni soportar tarots, no quiero volver a oír a los gendarmes con sus pistas borradas antes incluso de que se crearan, no quiero volver a oír de nuevo latir mi corazón a cada cadáver de niña...un jersey...una mochila..., ya no quiero esos recortes de prensa "aparece su hijo después de siete años de ausencia" amontonados ridículamente por la desaparición, ya no quiero tu habitación, el aspirador, el plumero y luego cambiar las sabanas para alguien que no duerme allí, el ultimo libro de Harry Potter que acaba de salir en la mesilla de noche sin que nadie lo lea, ya no quiero el reflejo en los grandes almacenes ante un vestido que te habría gustado...¿qué talla?...¿qué TALLA?
Ya no lo quiero; tu padre no puede mas.
Te lo ruego , cariño, tienes que volver. Porque eres la única que puedes salvarnos.

Nunca olvides que te quiero.
                                                                       

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