viernes, 3 de mayo de 2013

De tu cuerpo y yo.

Romper las normas
como cuando me rozaste en aquella cama
olvidando el miedo a mi mirada
loca, por supuesto,
por cada una de tus pestañas.

El viento que creabas
al abrir los ojos y cerrarlos
como el aire en verano
tan necesario como que seas mi almohada
y más tarde mi despertador,
ese que sabe como despertarme,
dándome el placer de 5 minutos más.

Tan necesario
como temblar al notarte cerca
las noches de invierno
o las tardes lluviosas de domingo.

Llegar a verano
y tener mono
de helado sabor tus besos,
difíciles de encontrar
más allá de la heladería de tu cama.

Heladería que calienta
todo lo que roza.
La tela de araña
con matrícula de honor
en eso de tu cuerpo y el mio,
atrapados por unas sábanas
y una ropa
que solo saben estar de más.

Calmar mi calor
comiéndote entero.
Follarme tu corazón
y más tarde a tus miedos.
Saberme la dueña
de cada gota
que da brillo a tu cuerpo.

Follarme tu corazón
y más tarde
hacerte el amor de nuevo.

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