domingo, 11 de noviembre de 2012

Devoro el maquillaje de tu rostro, y el compacto de tus polvos, y el colorete.
Devoro ese negro rimmel en tus pestañas, y el sombreado de tus párpados, y tu crema facial. Y es que en ti todo me sabe a pan angelical. Y arribo a la estrechura de tus labios que consumo con gusto. Y te arrebato decenas de microbios deliciosos que tu lengua transporta hasta la mía. Y desde tus arroyos de saliva mi beso se desliza por tu cuerpo sorbiendo las bacterias que pululan sobre tu body cream. Y luego también esta el tembloroso roció de tus gotas de sudor...

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