jueves, 17 de enero de 2013

Sálvame, te lo suplico.

Hoy casi sonrío justo en el momento en que mis ojos han tenido el valor suficiente para fijarse un segundo en los tuyos. Estaba demasiado a gusto. Demasiado feliz. Demasiado antes. Demasiado nosotros.
Sólo un segundo y no ha faltado tiempo para que volviera a recordar el color de tu sonrisa, la unión de nuestras manos. Todos esos complejos que conseguiste sacar de mi cabeza y que últimamente no hacen nada más que engordar y intentar comerme. Todas esas ganas de perder, de repetir...
Claro está que perdimos, pero permíteme decirte que sé que me necesitas tanto cómo yo. Que tú también te mueres por reír de nuevo cogido de mi mano mientras el mundo sigue dejando de existir si no está al otro lado acariciándote los dedos. Que también quieres que sea yo.
Me gustaría pedirte que tardaras. Que tardaras muchísimo. Con la única condición de que fuera sólo tardar, jurando que volverán las horas en las que no se podía romper de ninguna forma la mentira que nos unió. Que volveremos a decirnos que nos queremos sin ninguna segunda intención ni mayor necesidad que ésa.
No quiero seguir hablando con tus fotos. No quiero tener que recordar lo fácil que se hacía besarte, mirarte sin que el mundo redujera mil veces mi tamaño. No quiero no llorarte, no pedirte que te quedes, no luchar por tu risa.
Sería fácil seguir si me dejaras demostrar cada una de mis palabras. Sería fácil que hicieras latir de nuevo con normalidad esto que me cuelga del pecho y que parece gritar que vuelvas cada vez que se mueve, cada vez que pasas cerca, cada vez que no puedo evitar mirar mis pies y oir cómo ries con otra gente que ya no soy yo.
Deja de parecer ciego y sordo. Párate a ver que existe alguien que sí que puede hacerte feliz sin falta de nada más que no seas tú otra vez.
Entiende que sólo a ti podría decirte "sólo pide"  ya que un día nos juramos ser felices y me encantaría ser el motivo del cumplimiento de esto.

Nunca olvides que te quiero.

1 comentario: